Éste es el tercero de los tres relatos de nuestro Centro que van a participar en la fase provincial del
Dibujo de Rocío Serrano Toledo
UN EXTRAÑO SUCESO
Por Por Juan Pedro Torralbo Mejías, 6º B
Era un domingo cualquiera del otoño del 1983 . Como todos los fines de semana venía de Extremadura para visitar a mi familia y a mi novia.
Aquella noche me acosté temprano porque al día siguiente tenía que madrugar .
Como todos los lunes salí hacia Badajoz a las 4 :30 de la mañana para estar allí a las 8:00. Iba pensado en todo lo que tenía que hacer durante la semana. Había muy poco tráfico, a esas horas la gente estaba descansando en sus camas; de vez en cuando me tropezaba con algún coche, que como yo, madrugaba para ir a su destino.
Pasando Peñarroya-Pueblonuevo, en una zona muy llana, donde había restos de minas abandonadas, en una gran recta, algo me llamó la atención. Primero oí un zumbido muy agudo y constante que provenía del horizonte y justo después apareció una aureola que iluminó todo el terreno. Parecía que, de pronto, se había hecho de día; un tono rosáceo llenó la noche. Duró solo unos segundos. No puedo describir lo que sentí. entre miedo y sorpresa, sólo sé que mi pie apretó el acelerador y qué lo único que deseaba era alejarme de allí. De vez en cuando miraba por el espejo retrovisor, pero la noche se había vuelto oscura y no había ninguna señal de aquel resplandor que me había sorprendido momentos antes. Estaba confundido, procuraba distraerme con la radio pero nada me hacía olvidar aquella sensación que momentos antes había vivido. Recordé aquellas noticias que algunas veces se oía en la televisión sobre fenómenos extraños que algunas personas habían visto. Intenté justificar aquel resplandor, pensando que podría ser una explosión en las minas, pero aquello era imposible porque éstas llevaban abandonadas muchos años. Continué mi viaje con mucha intranquilidad y nerviosismo, estaba deseando llegar a Badajoz. Al día siguiente miré los periódicos y oí las noticias por si en algún lado alguien había escrito algo sobre lo que yo había visto la noche anterior. Pero nada, ni rastro de aquel fenómeno. La semana siguiente cuando volví a pasar por allí iba asustado, temiendo que se repitiera aquel extraño suceso, pero no ocurrió absolutamente nada , ni cuantas veces pasé por ese lugar.
Muchos años después, cuando recuerdo este hecho, se me sigue poniendo la piel de gallina, y siento una extraña sensación .
Cuando en las noticias oigo hablar de fenómenos extraños me acuerdo de lo que me sucedió a mí, a lo que no le he podido encontrar nunca una explicación lógica.
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